Serpiente eterna,
curvada,
zigzagueante,
olvidaste comerte el cadáver.
De tus mandíbulas desencajadas
rezuman hirvientes espumarajos de hambre.
Tus colmillos están viejos,
resquebrajados,
amarillentos,
y aún así sigues mordiendo.
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Exprésanos tus sentimientos inquieto mancebo