Perdido en oscuros bosques
me dejo guiar,
guiar por sonidos de otros entes,
otra realidad.
El viento azota cada pensamiento,
lo golpea,
lo desea,
mientras la melodía de hojas acompaña.
No estoy solo,
tantos pensamientos
tantos otoños
tantos inviernos.
Los árboles escuchan,
se retuercen,
quieren oír lo que les he de decir.
Las hojas me mecen,
el viento me lleva.
Mi mente accede,
de mí nada queda.
miércoles, 6 de mayo de 2009
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Evitar desaparecer del mundo cuesta muchisimo y más si solo hay que dejarse llevar, me ha gustado mucho
ResponderEliminarUn abrazo