domingo, 31 de mayo de 2009
Pacto
lúgubres noches pasan
decorado con bellas guirnaldas
festejando la desaparición del alma.
viernes, 29 de mayo de 2009
Amanecer
veo morir
a la Luna
y sus derroches.
Sale el Sol,
apago el foco.
Amanece...
que no es poco.
lunes, 18 de mayo de 2009
Frustración
No tu ya no
no hay razón para estar
por que todo hade acabar
y tu amor no miro
la sonrisa que me conseguiste sacar.
No tu ya no
me harás fracasar
por que el sol no brillara
y la luna perdida quedara
con el viento esto se ira
el amor que no puedes dar
y se hace reflejar en paralelo.
Pero mi pesar es la lucha
por no dejar de amarte,
se que puedo y lo lograre,
¡OLVIDARTE!
No tu ya no
solo pierdo la razón
con la que tuve que empezar
y ya no miro
para ver y no me puedas reconquistar.
Me da miedo el amanecer,
me atemoriza que el destino
nos vuelva a unir en el cálido
sopor de tu piel blanca como la nieve.
Tus fotos las miro pero no veo nada
solo un destino que nos unió
y al final nos separo
la trémula noche nos soporta.
Decrece nuestro amor y aparece
aquella frase bonita
y a merced de vos quedó.
viernes, 15 de mayo de 2009
Frenesí
rinde al máximo
entre humo
calor
mente seca
dolor visceral
aguanta la noche
sucumbe al deseo
aguanta la noche
sigue
para
vuelve
duerme
despierta
normalidad
jueves, 14 de mayo de 2009
Mujer con alcuza
Aquí os dejo este mágnifico poema de Dámaso Alonso que habla sobre la soledad y la angustia de la existencia. Está incluido en su libro Hijos de la ira que os recomiendo leer. Mirad este enlace si queréis saber más sobre este poeta.
¿Adónde va esa mujer,
arrastrándose por la acera,
ahora que ya es casi de noche,
con la alcuza en la mano?
Acercaos: no nos ve.
Yo no sé qué es más gris,
si el acero frío de sus ojos,
si el gris desvaído de ese chal
con el que se envuelve el cuello y la cabeza,
o si el paisaje desolado de su alma.
Va despacio, arrastrando los pies,
desgastando suela, desgastando losa,
pero llevada
por un terror
oscuro,
por una voluntad
de esquivar algo horrible.
Sí, estamos equivocados.
Esta mujer no avanza por la acera
de esta ciudad,
esta mujer va por un campo yerto,
entre zanjas abiertas, zanjas antiguas, zanjas recientes,
y tristes caballones,
de humana dimensión, de tierra removida,
de tierra
que ya no cabe en el hoyo de donde se sacó,
entre abismales pozos sombríos,
y turbias simas súbitas,
llenas de barro y agua fangosa y sudarios harapientos del color de la desesperanza.
Oh sí, la conozco.
Esta mujer yo la conozco: ha venido en un tren,
en un tren muy largo;
ha viajado durante muchos días
y durante muchas noches:
unas veces nevaba y hacía mucho frío,
otras veces lucía el sol y sacudía el viento
arbustos juveniles
en los campos en donde incesantemente estallan extrañas flores encendidas.
Y ella ha viajado y ha viajado,
mareada por el ruido de la conversación,
por el traqueteo de las ruedas
y por el humo, por el olor a nicotina rancia.
¡Oh!:
noches y días,
días y noches,
noches y días,
días y noches,
y muchos, muchos días,
y muchas, muchas noches.
Pero el horrible tren ha ido parando
en tantas estaciones diferentes,
que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban,
ni los sitios,
ni las épocas.
Ella
recuerda sólo
que en todas hacía frío,
que en todas estaba oscuro,
y que al partir, al arrancar el tren
ha comprendido siempre
cuán bestial es el topetazo de la injusticia absoluta,
ha sentido siempre
una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara de la mejilla,
como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma,
como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo,
como si le arrancaran los días azules, el gozo de amar a Dios y esa voluntad de minutos en sucesión que llamamos vivir.
Pero las lúgubres estaciones se alejaban,
y ella se asomaba frenética a las ventanillas,
gritando y retorciéndose,
solo
para ver alejarse en la infinita llanura
eso, una solitaria estación,
un lugar
señalado en las tres dimensiones del gran espacio cósmico
por una cruz
bajo las estrellas.
Y por fin se ha dormido,
sí, ha dormitado en la sombra,
arrullada por un fondo de lejanas conversaciones,
por gritos ahogados y empañadas risas,
como de gentes que hablaran a través de mantas bien espesas,
sólo rasgadas de improviso
por lloros de niños que se despiertan mojados a la media noche,
o por cortantes chillidos de mozas a las que en los túneles les pellizcan las nalgas,
...aún mareada por el humo del tabaco.
Y ha viajado noches y días,
sí, muchos días,
y muchas noches.
Siempre parando en estaciones diferentes,
siempre con una ansia turbia, de bajar ella también, de quedarse ella también,
ay,
para siempre partir de nuevo con el alma desgarrada,
para siempre dormitar de nuevo en trayectos inacabables.
...No ha sabido cómo.
Su sueño era cada vez más profundo,
iban cesando,
casi habían cesado por fin los ruidos a su alrededor:
sólo alguna vez una risa como un puñal que brilla un instante en las sombras,
algún cuchillo como un limón agrio que pone amarilla un momento la noche.
Y luego nada.
Solo la velocidad,
solo el traqueteo de maderas y hierro
del tren,
solo el ruido del tren.
Y esta mujer se ha despertado en la noche,
y estaba sola,
y ha mirado a su alrededor,
y estaba sola,
y ha comenzado a correr por los pasillos del tren,
de un vagón a otro,
y estaba sola,
y ha buscado al revisor, a los mozos del tren,
a algún empleado,
a algún mendigo que viajara oculto bajo un asiento,
y estaba sola,
y ha gritado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado en la oscuridad,
y estaba sola,
y ha preguntado
quién conducía,
quién movía aquel horrible tren.
Y no le ha contestado nadie,
porque estaba sola,
porque estaba sola.
Y ha seguido días y días,
loca, frenética,
en el enorme tren vacío,
donde no va nadie,
que no conduce nadie.
...Y esa es la terrible,
la estúpida fuerza sin pupilas,
que aún hace que esa mujer
avance y avance por la acera,
desgastando la suela de sus viejos zapatones,
desgastando las losas,
entre zanjas abiertas a un lado y otro,
entre caballones de tierra,
de dos metros de longitud,
con ese tamaño preciso
de nuestra ternura de cuerpos humanos.
Ah, por eso esa mujer avanza (en la mano, como el atributo de una semidiosa, su alcuza),
abriendo con amor el aire, abriéndolo con delicadeza exquisita,
como si caminara surcando un trigal en granazón,
sí, como si fuera surcando un mar de cruces, o un bosque de cruces, o una nebulosa de cruces,
de cercanas cruces,
de cruces lejanas.
Ella,
en este crepúsculo que cada vez se ensombrece más,
se inclina,
va curvada como un signo de interrogación,
con la espina dorsal arqueada
sobre el suelo.
¿Es que se asoma por el marco de su propio cuerpo de madera,
como si se asomara por la ventanilla
de un tren,
al ver alejarse la estación anónima
en que se debía haber quedado?
¿Es que le pesan, es que le cuelgan del cerebro
sus recuerdos de tierra en putrefacción,
y se le tensan tirantes cables invisibles
desde sus tumbas diseminadas?
¿O es que como esos almendros
que en el verano estuvieron cargados de demasiada fruta,
conserva aún en el invierno el tierno vicio,
guarda aún el dulce álabe
de la cargazón y de la compañía,
en sus tristes ramas desnudas, donde ya ni se posan los pájaros?
martes, 12 de mayo de 2009
Frases ilícitas
Atisbo de alegria, gracia, felicidad, sueño,...
-Desdén encadenado a ti mismo.
-Montañas abruptas, para incansable peregrino.
-Bates el tiempo y surge el pasado, vives el presente, atormenta el proximo tiempo.
-La mirada es la persona, la persona son recuerdos, baul antiguo lleno de lamentos, odios y lagrimas. El tiempo parece brillante, arrugas, saber, todo es veneno.
Estas frases no son nada personal y yo no diría que ilegal. Solo he colocado el titulo como vilipendio hacia el individuo, hacia nosotros mismos.
lunes, 11 de mayo de 2009
Revelación
en la frontera de la razón y el subconsciente,
en el desconcierto de su certeza, dejó sus sueños
y fue capaz de discernir entre lo poco bueno y lo conveniente.
sábado, 9 de mayo de 2009
Inexperiencias
Caronte no rebajará el precio
aunque tu intentes llenar su barco
de muertos sin trascendencia,
de experiencias inacabadas.
jueves, 7 de mayo de 2009
La Venganza de Don Mendo
A éste libro le tengo mucho cariño ya que en mi infancia aprendí de memoria algunos pasajes(todavía no se me han olvidado) que recitaba ocasionalmente y la mayoría de las veces sin venir a cuento...
Es algo que os recomiendo leer, además de porque no os costará nada (es muy corto), os reireis mucho. Sin más aquí os dejo la parte de cuando Don Mendo le explica a Magdalena la situación de las siete y media.
¡Serena
escúchame, Magdalena,
porque no fui yo... no fui!
Fue el maldito cariñena
que se apoderó de mí.
Entre un vaso y otro vaso
el Barón las cartas dio;
yo vi un cinco, y dije «paso»,
el Marqués creyó otro el caso,
pidió carta... y se pasó.
El Barón dijo «plantado»;
el corazón me dio un brinco;
descubrió el naipe tapado
y era un seis, el mío era un cinco;
el Barón había ganado.
Otra y otra vez jugué,
pero nada conseguí,
quince veces me pasé,
y una vez que me planté
volví mi naipe... y perdí.
Ya mi peculio en un brete
al fin me da Vedia un siete;
le pido naipe al de Vedia,
y Vedia me pone una media
sobre el mugriento tapete.
Mas otro siete él tenía
y también naipe pidió...
y negra suerte la mía,
que siete y media cantó
y me ganó en la porfía...
Mil dineros se llevó,
¡por vida de Satanás!
Y más tarde... ¡qué sé yo!
de boquilla se jugó,
y se ganó diez mil más.
¿Te haces cargo, di, amor mío?
¿Te haces cargo de mis males?
¿Ves ya por qué no sonrío?
¿Comprendes por qué este río
brota de mis lagrimales? (Se seca una lágrima de cada ojo.)
Yo mal no quedo, ¡no quedo!
¡Quién diga que yo un borrón
eché a mi grey que alce el dedo!...
Y como pagar no puedo
los dineros al Barón,
para acabar de sufrir
he decidido... partir
a otras tierras, a otro abrigo.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Etéreo guía
me dejo guiar,
guiar por sonidos de otros entes,
otra realidad.
El viento azota cada pensamiento,
lo golpea,
lo desea,
mientras la melodía de hojas acompaña.
No estoy solo,
tantos pensamientos
tantos otoños
tantos inviernos.
Los árboles escuchan,
se retuercen,
quieren oír lo que les he de decir.
Las hojas me mecen,
el viento me lleva.
Mi mente accede,
de mí nada queda.
martes, 5 de mayo de 2009
Caso
Así dos pueblos salidos de uno fueron víctimas de su propia estupidez e incluso cabría decir de falta de memoria ante su pasado sumamente trágico.
lunes, 4 de mayo de 2009
¿Utopía?
La utopía es la no experiencia. Desde la utopía redacto la esperanza de un cautiverio individualista.
La sociedad deshace al hombre, lo anula con el avance. El pensamiento individual desaparece para convertirse en colectivo. Los individuos se reparten en capas del superorganismo de la humanidad, cada uno cumple su función, pero en cooperación con el resto. La capacidad para ser independiente se ha perdido con la evolución social y tecnológica.
Sin embargo, puede que quepa la posibilidad de retornar a un estado de aislamiento, no sin antes haber aprendido y comprendido de y a la sociedad.
El Hombre debería odiar al Hombre... Ésta frase parece ser una paradoja pero gracias a la doble moral que derrochamos es posible. No es misantropía, esa palabra no tiene significado en el contexto del mundo actual. Quizás sea odio, pero sigue habiendo un vínculo importante a la raza, que te impide alejarte de ella.
Una persona normal percibe su sociedad en un grupo muy limitado de personas, a las que ordena en una jerarquía instintiva. Necesita de ellas para poder sobrevivir(dentro de la sociedad) y esa dependencia la hace débil e incapaz de afrontar una vida en soledad.
Si éstos vínculos fueran desapareciendo paulatinamente, si hubiera un interés por el desarrollo autosuficiente de uno mismo, si con lo aprendido entre los hombres se fuera capaz de desarrollar un modo de vida totalmente independiente, tanto moral como afectiva y físicamente, se llegaría a transformar la utopía...
La experiencia ha hecho al Hombre, pero el Hombre debe elegir su experiencia.
sábado, 2 de mayo de 2009
Mortinato
Podredumbre moral,
necrófagos de sentimientos muertos,
gruñidos sin final,
banquete fastuoso de insectos.
Sillas de mimbre sin asiento,
polvo de cuencos,
humedades de fuego,
mortinatos ensalzados
en dulces,
dulces
terrenos de excrementos.
Bellas fachadas,
azucarados tragos amargos,
lágrimas radiantes,
soledad amante
donde se esconde el deseo.
viernes, 1 de mayo de 2009
Pesares
de rastreros reflejos
del cristal centelleante...
Que queman los ojos
que miran perplejos
la luz incesante.
Aguantando el castigo
de muchos consejos
de verdad indudable...
Que matan el gozo,
que mueren de viejos,
que quitan el hambre.
Esperando al destino...
...sin hacer caso a nadie