Compré mi identidad en un chino.
Buscaba ser único, ir abriendo camino
sin olvidar la parte económica del asunto.
No era cuestión malgastar el peculio.
Muy ufano la sacaba a relucir
martes y jueves excepto en abril.
Mas ahora esto maldigo
pues igual soy a todo hijo de vecino.
Es normal a precio tan barato
ir comprando personalidad de saldo.
Horda de clónicos seres únicos
desteñidos por la mala calidad.
Uniformes en su individualidad
y sus rotas costuras sin hilo.
La próxima vez la encargo a un artesano
que la fabrique poco a poco con sus manos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Exprésanos tus sentimientos inquieto mancebo