Derroches sin mesura
avivan los vientos de la locura,
demencia de siglos
cubriendo poco a poco arquitecturas.
Incandescentes envolturas,
estructuras desechas
colapsan en armonía.
Mientras nuestra dubitativa humanidad
se convierte en indudable hominidad
perdiendo la noción de la cordura.
jueves, 5 de noviembre de 2009
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Perdida la noción de la cordura la hallamos ya en cientos de cabezas...
ResponderEliminarNos diferencia el nivel en el cual nos encontramos.
El nivel dudoso a cualquier escala y deprimente en cualquier sentido.