Penas a mí,¡ja!
Ya aprendí a ahogarlas en alcohol,
a sacudirlas cuando no me dejan respirar,
a darles palizas de rabia y cinismo,
a olvidarlas en la maleta de alguna risa falsa,
a mezclarlas con optimismo dejando un poso
de bilis negra e ilusiones enterradas en el jardín
de atrás de la esperanza.
viernes, 5 de marzo de 2010
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Amansa tu fuego, con oscuros colores. Atardeceres sin causa, amaneceres sombrios
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