Navegando entre su pelo,
negro eterno,
azabache del infierno,
navegando aprendí a zozobrar.
El susurro me cobija
mientras me congelo más.
Recorre mis venas su dulce sal,
entre su ondas mecido,
como bebé que está de camino.
Aprendí sus rituales,
sólo para amarte,
no quisieras saber
como consolarme.
Es tarde...
Palabras silenciadas,
miedo a errar.
Nunca intentaste
ir más allá.
Ascendiendo
en espirales,
trato de alcanzarle,
nunca fue tarde...
Tarde...
Tarde ya.
miércoles, 28 de octubre de 2009
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Exprésanos tus sentimientos inquieto mancebo