Siempre es lo mismo,
escribir por escribir,
hasta que sacas un cerco.
Tomates, pepinos, cebollas...
Un sonido que traé el amanecer.
Limpias legañas, machacas los sesos.
Al final siempre sale algo,
que por malo que sea siempre queda puesto.
Vistes, calzas y al final que...
un día menos.
martes, 30 de agosto de 2011
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